Alta Sensibilidad: Sanando las heridas emocionales en un mundo abrumador

“La alta sensibilidad es como un sistema de alarma que nos permite percibir sutilezas y matices que pasan desapercibidos para otros. No es una debilidad, sino una fuerza innata que nos conecta con un nivel profundo de empatía y comprensión”.

Elaine N. Aron

La alta sensibilidad es un rasgo de la personalidad que se encuentra en aproximadamente el 20-30% de la población y se caracteriza por una mayor sensibilidad y reactividad hacia el entorno y las emociones propias y ajenas. Las personas altamente sensibles procesan la información de manera más profunda y son especialmente conscientes de las sutilezas y detalles que pasan desapercibidos para otros.

En los años 90 la doctora y psicóloga americana Elaine Aron acuñó el término popular PAS, personas altamente sensibles y de acuerdo a sus investigaciones se resumen en 4 pilares fundamentales:

Profundidad de procesamiento: Tendencia a dar vueltas a los mismos pensamientos y a llevar a cabo un análisis profundo de éstos.

Gran emocionalidad y empatía: Experimentan las emociones de forma intensa y profunda. Pueden ser fácilmente conmovidas por estímulos emocionales. Se tiene una mayor capacidad de empatía y presentan más actividad en las zonas del cerebro donde se ubican las neuronas espejo.

Sensibilidad hacia las sutilezas: Elevada sensibilidad no solamente en cuanto a los cinco sentidos (vista, tacto, oído, gusto, olfato) sino también, a sutilezas como pequeños cambios en el entorno o en el estado emocional de las personas que la PAS tiene delante.

Sobre estimulación o saturación: La persona llega a saturarse y sentirse sobre-estimulada cuando tiene que procesar mucha información (sensorial y emocional) a la vez. Por ejemplo, estando en un concurrido centro comercial a la hora punta.

Las Heridas Emocionales

Las personas altamente sensibles pueden experimentar heridas emocionales más profundas debido a su capacidad innata para absorber y procesar intensamente las emociones. El mundo puede resultar abrumador para ellos, ya que pueden sentirse fácilmente desbordados por el estrés, la violencia, la injusticia y la negatividad en general. Estas experiencias pueden dejar cicatrices emocionales y llevar a una sensación de agotamiento emocional crónico.

Es crucial reconocer que estas heridas no son una debilidad inherente de la alta sensibilidad, sino más bien una consecuencia del entorno en el que vivimos. La falta de comprensión y apoyo hacia las personas altamente sensibles puede exacerbar estas heridas y dificultar su proceso de sanación.

Sanando Las Heridas Emocionales

La sanación de las heridas emocionales para las personas altamente sensibles implica un enfoque integral que abarca diferentes aspectos de la vida. Aquí te comparto algunos pasos clave para comenzar el proceso de sanación:

Autoconocimiento y aceptación: Comprender y aceptar nuestra naturaleza altamente sensible es el primer paso para sanar. Reconocer nuestras fortalezas y desafíos nos permite abordar nuestras heridas emocionales desde un lugar de compasión y autocompasión.

Autocuidado: La práctica regular de actividades que nos nutren emocionalmente, como el tiempo a solas, la meditación, el contacto con la naturaleza y la expresión artística, es fundamental para restaurar nuestro equilibrio emocional.

Establecer límites saludables: Aprender a establecer límites saludables es esencial para proteger nuestra sensibilidad. Esto implica aprender a decir “no” cuando sea necesario, evitar situaciones que nos generen estrés innecesario y establecer tiempos de descanso y autocuidado.

Buscar apoyo emocional: Conectar con personas que comprendan y valoren nuestra sensibilidad puede ser muy reconfortante. Buscar grupos de apoyo, terapia individual o participar en comunidades en línea de personas altamente sensibles puede brindarnos un espacio seguro para compartir nuestras experiencias y recibir el apoyo necesario.

Práctica de la regulación emocional: Aprender técnicas de autorregulación emocional, como la respiración profunda, la visualización y la atención plena, nos ayuda a gestionar las emociones abrumadoras y a encontrar equilibrio en momentos de estrés.

Reconocer y sanar las heridad pasadas: Las heridas emocionales acumuladas a lo largo de los años pueden necesitar atención y sanación. Trabajar con un terapeuta especializado en traumas emocionales, de apego y alta sensibilidad puede ayudarnos a identificar y procesar estas heridas, permitiéndonos liberar el dolor y encontrar una mayor paz interior.

Cultivar relaciones saludables: Buscar relaciones que nos brinden apoyo y comprensión es fundamental para nuestra sanación emocional. Establecer vínculos con personas empáticas y emocionalmente disponibles puede contribuir a nuestro crecimiento personal y emocional.

 

“La alta sensibilidad no es algo que deba ser corregido o superado.
Es una forma única de percibir y experimentar el mundo, y merece ser honrada y cuidada”.

Waleska Figari Z. Psicóloga clínica especialista en Alta Sensibilidad y Trauma Relacional en la Sexualidad.

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